Ictus en el niño. Vasculitis con afectación neurológica.
Resumen
Actualmente, el ictus en la edad pediátrica se fundamenta básicamente en dos razones: la baja incidencia de este proceso a esta edad y las dificultades de diagnóstico precoz dada la amplia variedad de procesos, denominados como "stroke like", que pueden simularlo. No obstante, a pesar de que la incidencia del ictus infantil es mucho menor que en la edad adulta, esta no es menospreciable. Su frecuencia es similar o algo superior a la de los tumores cerebrales infantiles (2-13 casos/100.000 niños/año), pudiendo estar infravalorada a causa del amplio abanico de diagnósticos diferenciales que existen a estas edades. Además, aunque el pronóstico es más favorable que en adultos, es una de las 10 primeras causas de mortalidad en la infancia.
En los últimos años se ha producido un crecimiento del conocimiento de los ictus en la infancia, no solo de la etiología sino de los métodos diagnósticos y terapéuticos. La importancia de esta entidad no radica en su incidencia, ya que permanece estable, si no en su prevalencia por la morbi-mortalidad que produce en la población pediátrica. Entre el 6-10% de los niños que sufren un accidentes cerebro vasculares (AVC) fallecen, más del 20% sufre una recurrencia y el 70% sufren secuelas (déficits neurológicos persistentes, epilepsia, dificultades en el aprendizaje o problemas en el desarrollo). La discapacidad de esta patología afecta significativamente a la calidad de vida de pacientes y familiares y genera un elevado coste emocional, social y económico.
Palabras claves. Accidentes cerebro vascular, morbi- mortalidad, Ictus.